Rimas y algo más

LAS MOSCAS MAS MOLESTOSAS


Autora: Alba Herrero. 6º Primaria. Cabezuela
Había una vez un pueblo llamado Villa Nueva. En este pueblo habitaban bastantes personas de todo tipo: gordos, flacos, pequeños, grandes, niños, ancianos... que disfrutaban de su vida y vivían felicices, pasando mucho tiempo en la calle.
Un buen día vino al pueblo un señor llamado Eustaquio. Se compró una casa un poco apartada de "Villa Nueva". Eustaquio era un hombre feliz, honrado, trabajador… Eustaquio se llevaba muy bien con todos los vecinos, pero había algo raro en el que la gente no averiguaba. Sólo salía de casa para hacer la compra y siempre dejaba las puertas y ventanas abiertas de par en par.
El 28 de junio, Eustaquio no salió de casa ni para hacer la compra. La señora Angélica se preocupó y entró en su casa. No la costó trabajo porque nada mas tuvo que empujar la puerta. Al entrar a la casa vio muchísimas moscas, la empezaron a molestar. No se dio cuenta... y Eustaquio apareció de repente. Este le dijo con voz gruñona:
-¿Por qué has venido?
La señora asustadísima dijo en voz muy bajita:
-Me preocupe y decidí venir.
La señora Angélica en aquel momento salió corriendo de su casa, llegó hasta el pueblo y se lo dijo a toda la gente del pueblo. Los habitantes del pueblo no volvieron a tener relación con Eustaquio.

Eustaquio estaba raro porque las moscas que tenía en su casa se querían marchar. Entonces no aguantó más, el 4 de julio sacó a todas las moscas de la casa. ¡Había miles de moscas revoloteando por el pueblo!. Estas empezaron a molestar a la gente; así, los habitantes de "Villa Nueva", se fueron a vivir a la ciudad porque en ese pueblo no aguantaban más.

Eustaquio se quedó solo en el pueblo, en realidad era lo que quería. Todo este tiempo había estado capturando moscas para soltarlas por el pueblo y presionar a los habitantes para que se fueran.
De esta manera Eustaquio se quedó con el pueblo entero... pero se dio cuenta de que no estaba sólo.
Un buen día, bajaron de las montañas unos pitufos, gatos, campanillas, abejas…Eustaquio se puso muy contento al ver que ya no estaba sólo con las moscas. Eustaquio, a partir de ese momento vivió muy feliz en el pueblo de Villa Nueva con aquellos seres.
Los Gatos tuvieron hijitos y cada vez el pueblo se hacía más y más grande. Eustaquio estaba cada vez más y más contento con sus animalitos, ellos eran cariñosos y alegres. Animales había de todos de todos los tamaños.
La señora Micaela, de un pueblo de al lado, fue a dar un paseo y vio a Eustaquio con todos los animalitos. Al ver como Eustaquio se lo pasaba tan bien con los animalitos se puso muy alegre. Entonces la señora se lo dijo a algunos de su pueblo. Todos se quedaron asombrados al ver como Eustaquio se divertía tanto con los animalitos.
El señor alcalde del pueblo de Micaela, llamado Constantino, tuvo una idea, se lo dijo a los del pueblo y estuvieron de acuerdo. Entre todos hicieron una pancarta que ponía: “Eustaquio eres el hombre más cariñoso del mundo.”
Eustaquio, al ver la pancarta se puso muy contento. Los señores del pueblo se les ocurrieron otra idea que era llamarle al pueblo: VILLA EUSTAQUIO. Eustaquio se llenó de alegría y ,a partir de ese momento, Villa Nueva pasó a llamarse Villa Eustaquio. Eustaquio vivió muy feliz con su pueblo y sus animalitos.

¡Fin!


LOS LIBROS MÁGICOS.
Autora: Lucia Lobo. 6º de Primaria. Aulas de Cabezuela,
Érase una vez un país donde todos los sueños se hacían realidad, la luz del sol brillaba de forma especial y todos los animales y plantas hablaban y eran muy felices. Este país era conocido como “El país de las maravillas”.En este país, tan espacial y tan pequeño como un pueblo, vivía un conejo.
Este conejo, blanco y con dientes blancos, encontró unos magníficos libros; pensó en llevárselos a la reina para que los viera. El conejo fue corriendo, corriendo, corriendo… hacia el palacio de la Reina. Cuando estaba casi en palacio se le cayó un libro y se abrió por el medio; entonces, de aquel libro, salió un portal mágico…un espacio que daba acceso a un lugar mágico. El conejo entró en él. Al pasar aquel portal éste se cerró; el conejo apareció en un sitio magnifico, era más bonito que el palacio de la Reina de corazones. Allí encontró una, por casualidad, a una muchacha triste y sola. El conejo la dijo:
-¿Quién eres? ¿Qué te pasa?
-Soy… Cenicienta, no podré venir más aquí. Mis hermanas son malas y no me dejaran venir porque la gente dice que soy muy linda.
-Ahhhh- dijo el conejo- te entiendo. Donde vivo yo, hay una Reina malísima y, sino la haces caso, te corta la cabeza.
- ¿Cómo has llegado hasta aquí? - preguntó Cenicienta-.
- Pues no sé, se me calló un libro y ahora aquí estoy.
En ese mismo instante al conejo se le calló otro libro y, de nuevo, salió un portal; el conejo agarró a Cenicienta y juntos cruzaron el segundo portal. Esta vez se encontraron dentro de una casa y allí había una niña y una abuelita. La niña se acercó a Cenicienta y la dijo:
-¿Quiénes sois?
-Yo Cenicienta
-Yo, el Conejo de la Reina ¿y tú?- dijo el conejo-.
 -Yo me llamo Caperucita Roja y esta es mi abuelita- dijo la niña-.
Entonces el conejo tiró un libro en el que ponía “Los 3 cerditos” al suelo, y apareció otro portal. El conejo agarró a Cenicienta y pasaron el portal; Caperucita lo atravesó también. Aparecieron en una casa de ladrillos y en ella había un cerdito. El cerdito les dijo:
-Marchaos de mi casa.
Entonces el conejo arrojó el cuarto libro y de aquel salió otro portal. Cenicienta lo traspaso y se cerró el portal. El conejo sacó otro libro y lo arrojó al suelo, de aquel libro salió otro portal, lo traspasaron caperucita y el conejo. De nuevo aparecieron en la casa de la abuelita de Caperucita.
El conejo tiró el último libro al suelo y salió otro portal. Sólo el conejo lo traspasó y, por fin,  llegó a su país: “El país de las maravillas”. El conejo rápidamente fue al palacio de la Reina de Corazones. La Reina de Corazones tenía un montón de libros que eran como los que había encontrado él. Y, colorin colorado, en medio de este misterio…el cuento ha terminado.



Las alumnas de 1º de Primaria de Fuenterrebollo han escrito su propia poesía a partir de su nombre. Además practican con el ordenador escribiendolo en word y dibujando su propia imagen en paint. ¡Ha quedado genial!

Yo soy Patricia
y me gusta la sandía.
  Por eso la como
todo el día.








Yo soy Hajar,

y me gusta cantar.

También me gusta,

nadar en el mar.









Alumn@s de Infantil de Fuenterrebollo.














Los alumn@s  de infantil de
Fuenterrebollo han aprendido diversas
 poesías como:







































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